viernes, 5 de noviembre de 2010

PANES DEL MUNDO CON FORMA DE LAZO

Existe cierta polémica sobre el lugar de origen de los Pretzels

23/02/2010. Según algunas reseñas, su origen es alemán. Sin embargo, existen también algunas versiones que sostienen que proviene de Francia meridional o Italia septentrional. Según una de las historias, hacia el 610 los monjes benedictinos de Borgoña y Renania los adoptaron para entregarlos como premio a los niños que realizaban sus tareas escolares. Se dice que uno los monjes preparaba el pan ázimo (sin levadura) para la Cuaresma y dobló el pan sobrante como los cristianos doblaban sus brazos sobre el pecho colocando cada mano en el hombro opuesto representando con los tres agujeros formados con los brazos a la Trinidad Cristiana. Luego de doblarlo en esta forma, el monje lo usó para darles gusto a los niños que recitaban sus oraciones. Los monjes los llamaron “brachiola” o “petriola” palabra, ésta última, utilizada en latín para referirse a recompensas pequeñas. Al parecer, estos panecillos de singular forma viajaron luego por toda Europa y pronto llegaron a ser un símbolo de buena suerte, de vida sana y prosperidad.
Su origen también suele ser relacionado, según otras versiones, con las festividades celtas que se realizaban al inicio de la primavera, cuando el sol transita por la constelación de Aries, el carnero, por lo que su característica forma representaría los cuernos de este animal zodiacal.
Su representación más antigua aparece en el Hortus Deliciarum, realizado en 1190. En una de las miniaturas del códice aparece la escena de un banquete en el cual participa la reina Ester y su esposo el rey persa Asuero Jerjes. Sobre la mesa, se observa un brezel a la derecha del rey.
En la tradición católica del sur de Alemania se utilizaban los "Palmbrezel" para adornar las palmas que se llevaban a bendecir a la iglesia el Domingo de Ramos (Palmsonntag).
Hoy en día los Pretzels se consideran como una merienda en muchas partes del mundo y existen hasta franquicias que los ofrecen. Son muy fáciles de cocinar y su nombre actual proviene de la palabra alemana Brezel, derivada del latín bracellus, “brazo pequeño”, haciendo referencia a su forma, la cual recuerda a dos brazos entrelazados o a una especie de lazo.
El Pretzel es bastante popular en Alsacia, América del Norte y Australia. Básicamente existen dos categorías: los de galleta y los de pan suave. El segundo tipo puede ser preparado con una gran variedad de sabores, que incluyen almendra, ajo, etc. En Estados Unidos se consume el de tipo galleta, mientras que en Alemania y especialmente en la Baviera, el Pretzel es un pan salado muy diferente y forma parte de la comida típica del país.
Normalmente está hecho de harina de trigo con levadura, leche y mantequilla; la masa apenas se moja en una disolución de Hidróxido de Sodio (soda cáustica) o Bicarbonato de Sodio al 3% antes de hornear, y usualmente es salado, pero también se los hace dulce, aromatizado con canela o vainilla. Algunas recetas agregan un huevo y ralladura de limón.


Ingredientes
  3.5 tazas de harina
  4 cucharadas del azúcar morena
  2 cucharaditas de sal
  1 cucharada de levadura disuelta en 1 taza de agua templada
  2 cucharaditas de bicarbonato de soda mezclado con 1 taza de agua caliente (en un pequeño tazón)
  1 huevo batido con 1 cucharadita de agua (en un pequeño tazón)


Preparación
Mezclar la levadura, el azúcar morena y la sal en un tazón grande. Añadir la harina y mezclar hasta que la masa esté lisa. Añadir más harina si la masa está pegajosa. (Si es posible, poner la masa en un tazón y refrigerar por una noche).
Dividir la masa en 6 ó 12 trozos. Hacer rodar cada trozo en forma de cuerda delgada. Formar una ‘U’ al revés en la mesa. Poner los extremos juntos y torcerlos. Aplanar los extremos y apretar. Penerlos en una bandeja de horno. Permitir que levanten por 45 minutos o hasta que doblen su tamaño. Mojarlos en la mezcla de agua con bicarbonato de soda. Pintarlos con una mezcla de huevo con agua. Espolvorear con la sal, las semillas de sésamo, queso parmesano o azúcar con canela. Hornear a 225 Celsius por 12 a 15 minutos o hasta que estén dorados. Pintar con mantequilla fundida.